La Huerta de Ana Mary

Los aceites vegetales y los frutos secos son la mejor farmacia contra las enfermedades en general y contra los diferentes tipos de cáncer, en particular. Así se desprende de un reciente estudio de investigadores norteamericanos, según el cual, sustituyendo las grasas animales y los carbohidratos por grasas vegetales, los hombres con cáncer de próstata han visto disminuir notablemente el riesgo de desarrollar fatalmente esta enfermedad y de morir por otras causas. El estudio se ha realizado sobre 4. 577 hombres con cáncer de próstata que han pasado desde 1986 por el prestigioso hospital JAMA Internal Medicine, y viene a confirmar estudios anteriores sobre las propiedades antitumorales de los vegetales.

A lo largo del estudio, 1.064 hombres murieron, un 31 por ciento por enfermedades cardiovasculares, un 21 por ciento por cáncer de próstata y un 21 por ciento por otros tipos de cáncer. Los investigadores hallaron que los hombres que sustituyeron el 10 por ciento de las calorías de carbohidratos que consumían al día por grasas vegetales tenían un riesgo menor (29 por ciento) de desarrollar cáncer de próstata agresivo, y un 26 por ciento menos de riesgo de morir por otras causas. Según el JAMA, consumir aceites saludables y nueces incrementa los antioxidantes del plasma y reduce la insulina y la inflamación, lo que puede disuadir la progresión del cáncer de próstata

Hace dos años, el estudio europeo EPIC (Estudio Prospectivo Europeo sobre Dieta, Cáncer y Salud), aseguraba que el cáncer de pulmón puede prevenirse eficazmente con un consumo regular de cinco piezas de frutas y verduras al día. Incluso, vigilando no sólo la cantidad sino también la variedad de vegetales, puede disminuir significativamente el riesgo de padecer este tipo de tumores: un consumo de más de ocho subgrupos de verduras respecto a menos de cuatro subgrupos disminuye este riesgo en un 23%; y, por cada unidad de aumento en la dieta de otro subgrupo de verduras, se reduce este riesgo otro 4%. En este trabajo plurianual participan 23 centros de 10 países europeos (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Grecia, Holanda, Italia, Noruega, Reino Unido y Suecia), que trabajan con una muestra de 500.000 sujetos europeos (41.000 residentes en España).

Por su parte, el grupo de investigación de la Universidad Complutense de Madrid “Estrategias Quimiopreventivas frente a Compuestos Carcinogénicos de la Dieta” ha permitido identificar en plantas como la coliflor, el brécol, la col o las coles de Bruselas agentes quimiopreventivos frente a compuestos carcinogénicos. Cuando los vegetales crudos son masticados o troceados, una enzima llamada mirosinasa (presente en la planta o en la flora intestinal) entra en contacto con los glucosinolatos y cataliza la hidrólisis del enlace glucosídico, dando lugar a la formación de isotiocianatos (ITCs) e indoles. Estudios en modelos animales han demostrado que los ITCs naturales y un buen número de análogos sintéticos son protectores frente a tumores inducidos por carcinógenos en vejiga, colon, esófago, mama, páncreas y estómago.

Los expertos de la Complutense insisten en que el efecto de la dieta en la salud no tiene lugar mediante la acción de un nutriente aislado, sino a través de la combinación de distintos constituyentes de uno o varios alimentos que interaccionan entre ellos. Por tanto, la complejidad de estas interacciones hace que estemos lejos aún de conocer y comprender el verdadero papel de estos compuestos en la prevención del cáncer. Pero, parece claro que la variedad de la ingesta vegetal ayuda.