La crisis no le sienta mal del todo al campo español. La escasez de empleo en otras áreas y la relativa fortaleza de que gozan algunos sectores alimentarios se ha traducido en un 79% más de jóvenes que han solicitado incorporarse a actividades agrícolas durante el último año, según un estudio de las Juventudes Agrarias de la COAG. El informe resalta que el 18% de esos nuevos agricultores produce de forma ecológica y, de hecho, la superficie destinada a la "bioagricultura" creció en 2012 un 11,76% respecto al año anterior, según los últimos datos del Ministerio de Agricultura sobre este sector. Todas estas cifras nos dan pistas de por dónde caminan las oportunidades de empleo y negocio para hoy y, más aún, para dentro de unos años.
La relativa bonanza del sector "agroverde" español tiene que ver con la exportación de frutas, hortalizas, vino, aceite, quesos o porcino, los preferidos en los estantes "bío" de Alemania y otros países de nuestro entorno. Pero, en el mercado nacional, los productos biológicos -certificados o no- también amplían y ensanchan su clientela con un salto enorme en su presentación y elaboración, lo que se ha denominado "ecogourmet".
La venta on line de alimentos, el surgimiento de tiendas especializadas en productos artesanos, "directos del campo" o ecológicos o el fenómeno asentado de las cooperativas de compra de alimentos tienen mucho que ver con esta tendencia positiva. También las ferias y mercados al aire libre parecen gozar de una envidiable salud, como demuestra el éxito de público y ventas de la reciente Feria Biocultura de Barcelona, con dos décadas de experiencia, o la irrupción de nuevas ferias dedicadas al producto "bío" y artesano, como La Buena Vida (el primer sábado de cada mes en el centro de coworking Hub Madrid) o la Feria de Economía Alternativa y Solidaria, que se celebró los pasados 1 y 2 de junio en el Centro Cultural Matadero, también en Madrid.
Estas tendencias, apenas percibidas entre la marea de malas noticias económicas, están dando nuevas oportunidades al campo español y a los emprendedores que deciden asentarse en él. Sólo en Castilla y León, en el periodo 2007-201, se han incorporado al campo 2.118 jóvenes y se ha apoyado la modernización de 6.653 explotaciones, según datos de la Junta de Castilla y León. El año pasado se duplicó la media anual, con 1.007 jóvenes incorporados al sector.
Según el Centro de Colaboraciones Solidarias, en el País Vasco y Navarra se podrían crear cerca de 50.000 puestos de trabajo y hasta 150.000 en el conjunto de España, apoyando la producción ecológica de alimentos, incentivando el consumo local de productos agrícolas y ganaderos autóctonos, creando reservas costeras sostenibles para la flota de bajura o promoviendo la conversión de la actual industria forestal hacia explotaciones más sostenibles.
El éxodo de nuevos empresarios rurales podría acentuarse en los próximos años debido a que los jóvenes que se incorporen al campo contarán con una ayuda anual de unos 1.430 euros durante cinco años, según una de las novedades que incorpora la reforma de la Política Agrícola Común que se ultima en la Unión Europea.
Otro soplo en favor de la economía agraria guarda proviene de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente y la Fundación Botín. Ambas entidades han puesto en marcha el proyecto Co-Emprender, cuyo objetivo es la reinserción laboral de profesionales en situación de desempleo a través del fomento del emprendimiento rural sostenible. Según la directora gerente de la FFRF, Fernanda Serrano, esta iniciativa persigue "atraer vida, servicios y actividad a nuestras zonas rurales, profundamente abandonadas y necesitadas de gestión, para producir bienes, prestar servicios y conservar nuestros recursos naturales".